viernes, 17 de julio de 2015

RETROCESO SIN PAUSA

Ya hicimos gala en algunos posteos anteriores de lo poco que nos agrada el rumbo que está tomando la F1 actual, bah por lo menos algunos de nosotros. En los últimos años, la categoría, que aún sigue siendo la reina del deporte motor, parece realizar esfuerzos denodados por bajar la calidad del espectáculo. Todo esto bajo dos banderas, la eficiencia económica, y la seguridad.


El tema económico es discutible, si bien los topes presupuestarios y reglamentarios apuntan a que sea una categoría más "accesible" a los particulares, la vista gorda para con los equipos grandes (Mercedes, Ferrari, Red Bull) hacen que esto sea realmente una utopía. Basta con ver las performances de Marussia esta temporada, y de distintas escuderías que se han extinguido en los últimos años, sin haber logrado ser siquiera competitivas. El tema de la competitividad, incluso ha alcanzado a uno de los históricos, como McLaren, que lejos de aquellos años de esplendor que supiera ostentar, hoy deambula por el fondo de la clasificación. Otro grande, como Williams, parece empezar a salir de un letargo prolongado, pero aún está muy lejos de lo que supiera ser.

Jules Bianchi luego de llevar a su humildísimo Marussia a un increíble noveno puesto en Mónaco 2014. Tan alto como nunca. Tan alto como todos queremos recordarlo.

El otro estandarte, el de la seguridad, era sin dudas, el principal caballo de batalla que ostentaba la máxima categoría del mundo motor. Aún pagando el costo del espectáculo, con ingresos exagerados del auto de seguridad, demoras incomprensibles debido a condiciones climáticas y demás, la F1 podía vanagloriarse de no tener accidentes fatales desde aquel espantoso fin de semana del 1ro de Mayo de 1994 en Imola, que se llevó al mejor de todos para siempre, junto con Roland Ratzenberger, en sendos accidentes violentísimos. Desde entonces, hemos visto un sinnúmero de colisiones increíbles, que culminaban con pilotos saliendo sin ayuda de los autos, aunque la lógica indicaba lo peor.

Todo esto tuvo un trágico final el pasado Octubre, cuando Jules Bianchi, a bordo de un Marussia, al que había sabido llevar a un fantástico noveno puesto en el GP de Mónaco de aquel año, siguió de largo en una curva para darle de lleno a una grúa que estaba retirando otro auto de la pista. Inconcebible por donde se lo mire. Sin señales de que esa grúa se encontraba allí, de que debía reducir la velocidad, Jules no pudo esquivarla. Si me pongo más exquisito, o bien no debió haber autos girando mientras operaba la grúa (auto de seguridad, bandera roja, las herramientas son numerosas), o esa grúa no debió haber estado ahí, dado que otros circuitos cuentan con grúas telescópicas, que remueven los autos accidentados a distancia.

Hace horas, 9 meses después de luchar incansablemente para salir de un coma, el cuerpo de Jules Bianchi dijo basta. Con tan sólo 25 años, huelga decir que es una pérdida irreparable para la categoría, y sobre todo para su círculo íntimo. No tiene sentido hacer gala de lo que uno piensa que pudo haber sido la carrera de Jules de no haber estado esa grúa en aquel lugar. Apuntado por Ferrari para sustituir a Kimi Raikkonen luego del retiro del finlandés, apuntaba para ser el compañero ideal de Sebastian Vettel en la casa de Maranello, y por qué no, pelearle el primer lugar en el equipo. Creo que todo aquel que siga la categoría sabe de la clase de piloto que era Jules y cuán elevado era su techo y brillante su futuro.

Creo que hoy lo importante es marcar que su pérdida es tan lamentable como evitable, y que todos los progresos que realmente había realizado la F1 tras la muerte de Senna, se han ido al tacho sin escalas. Quedará para la justicia evaluar quienes fueron los responsables de la tragedia y cuales son las sanciones que les corresponden. Desde acá, sólo quiero remarcar que no hay justificativos válidos para lo que pasó en Suzuka y que, tanto la FIA como la F1, deben ponerse a trabajar para que esto no vuelva a ocurrir, y que todos los esfuerzos realizados en los últimos 20 años no hayan sido en vano. Jules y su memoria lo merecen.

Obi.-

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Gracias por comentar. ahora hace algo mas interesante. Como comer pochoclos

salu2