Casi una semana atrás, el
pasado domingo 25, además de la conmemoración del 204° aniversario
de la formación de la Primera Junta de gobierno y de los festejos de
los 113 años de River y los 108 de Defensores de Belgrano (?), fué
un día muy particular para el automovilismo mundial. Dos de las
competencias más simbólicas coincidieron en el día de su disputa.
En Montecarlo, la Formula 1 celebró el glamoroso Gran Premio de
Mónaco, y en Indianápolis, la IndyCar Series corrió las famosas
500 millas. A mi parecer, junto con las 24 horas de Le Mans,
constituyen el podio de lo más importante del deporte motor, aunque
es más que opinable. Obviamente, no nos importan sus opiniones. Las nuestras son las únicas correctas.
La largada de las 500 millas, después del histórico "Start your engines". |
En el
Principado, la F1 nos dió una nueva muestra de lo que es hoy en día.
Como esta no es la sección “Péguele a la FIA” que inauguró
hace unos días el compañero 2Much, me voy a limitar a
decir que fue una carrera chota monótona. Definida desde el día anterior
en la tanda de clasificación, la carrera propiamente dicha fue una
sucesión de vueltas sin grandes modificaciones a las posiciones de
largada, en la que la escudería Mercedes mostró que está varios
escalones por encima del resto y la dominó a voluntad. Eso, sumado a
las características intrínsecas del circuito callejero monegasco, hicieron
casi imposible ver adelantamientos, o maniobras espectaculares. Y si
a eso le sumamos el ruido espantoso que hacen los motores, nos trae
como consecuencia un embole épico para los televidentes. Todo esto
no implica, de ninguna manera, un menosprecio al inmenso trabajo de
los alemanes de Mercedes, que de la mano de Nico Rosberg y Lewis
Hamilton, lograron el enésimo 1-2 de la temporada. El australiano
Daniel Ricciardo completó el podio 1 mes después. Dicho esto, para algunos, los no televidentes, la carrera sigue siendo mágica, e incluso les permite tomar imágenes como esta.
Del otro
lado del charco (?), afortunadamente, la historia fue bien distinta.
Quiero aclarar de movida que si corren a la misma hora, veo la F1
pese a todo lo que dije antes, en otro momento hubiese visto a los Benvenutto.
Ahora sí, vamos de lleno a lo que nos mostró la categoría más importante de autos de fórmula de América. Ya había condimentos interesantes antes de la largada. El local Ed Carpenter partía desde la pole, con todo lo que eso puede implicarle a los asistentes al compromiso. Por su parte, Kurt Busch, histórico piloto de NASCAR, se propuso una meta más que interesante: correr dos carreras de dos categorías distintas el mismo día. No es el primero que lo intentó, pero de haber podido finalizar las 600 millas de Charlotte, habría sido tan sólo el segundo en conseguirlo en toda la historia. Una falla de motor en su Chevrolet de NASCAR, en la segunda carrera, se lo impidió. En las 500 millas, tuvo una gran actuación y finalizó sexto.
Ahora sí, vamos de lleno a lo que nos mostró la categoría más importante de autos de fórmula de América. Ya había condimentos interesantes antes de la largada. El local Ed Carpenter partía desde la pole, con todo lo que eso puede implicarle a los asistentes al compromiso. Por su parte, Kurt Busch, histórico piloto de NASCAR, se propuso una meta más que interesante: correr dos carreras de dos categorías distintas el mismo día. No es el primero que lo intentó, pero de haber podido finalizar las 600 millas de Charlotte, habría sido tan sólo el segundo en conseguirlo en toda la historia. Una falla de motor en su Chevrolet de NASCAR, en la segunda carrera, se lo impidió. En las 500 millas, tuvo una gran actuación y finalizó sexto.
Asimismo,
dos pasadas glorias de la categoría como Jacques Villeneuve y Juan
Pablo Montoya, campeones ambos en su hora, volvían a competir en las
500 millas luego de más de 20 y 15 años respectivamente. Su suerte
sería dispar, mientras el canadiense deambuló por el fondo toda la
carrera, el bueno de JPM finalizó quinto, y mantuvo opciones de triunfo hasta
el final, pero se vio perjudicado por una sanción por exceso de
velocidad en boxes.
Juan Pablo Montoya protagonizó un gran regreso a IndyCar, finalizando quinto |
Como
decíamos antes, Ed Carpenter largaba desde la pole, el líder del
campeonato, Will Power (el mejor nombre de la historia del
automovilismo, sin dudas), largó tercero, pero un auto poco
inusualmente poco competitivo le impidió finalizar más allá del
octavo lugar. El ganador del año pasado, el brasileño Tony Kanaan,
no pudo finalizar las 500 millas y quedó 26°. Por su parte, la
británica Pippa Mann, la única mujer en correr este año, también
tuvo una actuación discreta, a 7 vueltas del puntero, en el puesto
24, actuación mucho más similar a las que nos acostumbraron
Sarah Fisher o Milka Duno, que a las épicas carreras de la gran
Danica Patrick, que estuvo a esto (?) de ganar en 2005.
Helio Castroneves, tres veces ganador del Indy 500, quedó cerca. |
En
concepto, las 500 millas de Indianápolis proponen algo mucho más
aburrido que una carrera de F1, dado que son 30 autos dando vueltas,
literalmente, a un circuito 200 veces. Sin embargo, inclusive en la
primera mitad, la cantidad de cambios en las posiciones, y sobre todo
en el liderazgo, hacen que la competencia sea por demás entretenida.
Ni hablemos de lo que nos depararon las últimas 30 vueltas. Después
del parate por el palazo que se dio Scott Dixon, el reinicio nos trajo
al histórico Helio Castroneves, ganador tres veces de la carrera, a
Ryan Hunter-Reay, campeón en 2012, a Marco Andretti, hijo de Michael y
nieto de Mario, con todo su apellido a cuestas, y a los colombianos
Carlos Muñoz y el ya mencionado Montoya, peleando palo a palo por la
victoria. Después vino la sanción a Juan Pablo, el tremendo golpe que
se dio Townsend Bell contra la pared y la bandera roja inédita y en principio, criticada. Para mí, injustamente.
Ryan Hunter-Reay, enorme ganador de una carrera impresionante. |
¿Por qué? Normalmente, después de un accidente como el de Bell, a pocas vueltas del final, sale el auto de seguridad, gira por el circuito hasta que los restos del accidente son removidos, y la carrera se relanza. En el mejor de los casos, faltando una o dos vueltas. Esto no ocurrió, y la decisión de sacar la bandera roja terminó siendo balsámica. Fue una
bandera roja que nos permitió ver unas últimas 7 vueltas de carrera
increíbles.
Ya los colombianos no estaban para pelear. Quedaba todo
entre Helio, Hunter-Reay y Marco. Los dos primeros se repartieron el
liderazgo vuelta tras vuelta, con tres espectaculares sorpassos en
las últimas tres vueltas. Andretti, miró todo desde el tercer
lugar, y sólo pudo intentar dos veces, sin éxito, meterse segundo.
Cuando parecía que Castroneves se quedaba, a cinco vueltas del final, con
el primer lugar, Hunter-Reay logró superarlo por el lado interno.
Antes de finalizar la antepenúltima vuelta, Helinho devolvió gentilezas por afuera
y parecía que se encaminaba a su cuarta victoria. Pero Hunter-Reay
tenía la última palabra. Antes de cruzar la meta para empezar la
última vuelta, calcó la maniobra del brasileño y volvió a
quedarse con la punta.
Los esfuerzos posteriores de Castroneves fueron inútiles
y el norteamericano finalmente se alzó con la victoria, ante la
completa locura de su box, su esposa, el público y vaya uno a saber
quién más. Después vino el clásico baño de leche (que tiene su
origen en el siglo XIX cuando la carrera se corría a caballo y el
jinete le daba leche al verdadero ganador), la conferencia de prensa
y todo lo demás. Primera victoria en Indianápolis para Hunter-Reay,
que así alcanza el liderazgo en el campeonato, superando a Will
Power y su enorme nombre.
En otras
noticias, en el WTCC, Pechito López sigue liderando el certamen con
179 puntos, luego de obtener la victoria en la segunda carrera de
Salzburgo, y de finalizar tercero en la primera. Lo escoltan sus
compañeros del equipo Citröen, los franceses Yves Muller (138) y
Sebastian Loeb (134).
Obi
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por comentar. ahora hace algo mas interesante. Como comer pochoclos
salu2